Traemos hoy una receta que ha sido tradicional por estas fechas previas a Semana Santa puesto que su creación está vinculada con el cumplimiento del precepto cristiano de no comer carne en los viernes de Cuaresma quedando de esta manera ya para siempre en la cultura gastronómica hispana este plato que nos ayudará a entrar en calor en estos todavía lluviosos y fríos días pre-primaverales.
Ingredientes (para 4 personas)
- 250 gramos de bacalao
- 400 gramos de garbanzo (puestos en remojo la noche anterior)
- 300 gramos de espinacas
2 cebollas medianas
4 dientes de ajo
1 tomate mediano
1 cdta. de pimentón
2 huevos
1 cucharada de pan rallado
1 hoja de laurel
En una olla con agua ponemos a cocer los garbanzos junto con una cebolla partida en cuartos, 2 dientes de ajos y una hoja de laurel. Es muy aconsejable hacerlos en olla a presión pues solo necesitaremos unos 25 minutos.
En un cazo pequeño ponemos a cocer los dos huevos durante 8 minutos en cuanto rompa a hervir el agua.
Mientras en otro fuego ponemos aceite de oliva virgen en una sartén y ponemos a pochar la otra cebolla y dos dientes de ajo durante cinco minutos. Añadimos un tomate muy troceado dejamos pochar otros 5 minutos y añadimos la cucharadita de pimentón y retiramos del fuego para que no se queme.
Abrimos la olla de presión y si los garbanzos ya tienen el punto de cocción terminado añadimo el bacalao y las espinacas y rectificamos de sal.
Cuando las espinacas ya se hayan blanqueado añadimos el sofrito y espolvoreamos por encima la cucharada de pan rallado. Dejamos a fuego lento durante diez minutos.
Pasado este tiempo el potaje estará listo para emplatar. No olvidar añadir a cada plata los huevos cocidos cortados en rodajas.
¡A comer rico-rico!