Un poco de historia
Si hay un plato sencillo pero con mucha historia y solera en la gastronomía española son la migas manchegas. Desde la edad media hasta mediados de siglo pasado ha estado presente en la alimentación básica de agricultores en sus jornadas en el campo, de pastores en sus recorridos trashumantes por la península, de arrieros transportistas de mercancías y de cazadores.
La antigüedad de esta receta y su importancia en la alimentación de la población campesina ha quedado testimoniada en actividades tradicionales como la caza o las romerías, en importantes obras literarias como El Quijote o El Lazarillo de Tormes y en el refranero popular podemos encontrar un la muy conocida frase relacionada con la colectividad o la amistad como es la de “hacer buenas migas”
A medida que la economía doméstica de la población fue mejorando los ingredientes o tropezones se hicieron variados y diferentes según la región donde se elaborara: chorizos, morcillas, torreznos, bacon, jamón, cebollas, pimientos, uvas e incluso hierbas aromáticas, dando lugar a diferentes versiones de esta popular receta: gachasmigas, migas andaluzas, migas extremeñas, migas aragonesas o migas manchegas.
Como preparar las migas manchegas
Siendo quizás las migas manchegas las más populares, al menos en la zona de la meseta española, vamos a dar algunos trucos para que nos queden crujientes y suaves a la vez.