Un domingo cultural y gastronómico en la bella Toledo.
Vettones, romanos, visigodos, árabes y judíos, civilizaciones que se van sucediendo una a otra y culturas que conviven juntas han ido dejando su huella en cada vuelta de calle del casco antiguo de Toledo. Ir y venir de turistas que intentan llevarse trozos de historia de la ciudad en una foto tras otra, hasta terminar agotada la batería de las cámaras, y como no, la de sus dueños.
Pero eso en esta ciudad no es problema. Nos esperan tantos sitios donde reposar los pies, recargar energías y calmar la sed que lo difícil es decidirnos en cual lo haremos.
Desde hace muy pocos meses Toledo, cuenta ya con un nuevo espacio gastronómico que se suma al grupo de lo que hoy se considera lo mas "in" del panorama gastronómico de algunas capitales: el Mercado Gourmet de San Agustín. Locales y puestos se distribuyen entre las cinco plantas de un edificio muy cercano a la neurálgica Plaza de Zocodover, con una renovada decoración en su interior pero conservando su fachada auténtica y discreta sin desentonar con la arquitectura de fincas vecinas.
Panes, pasteles, embutidos, jamones y un colmado gourmet nos dan la bienvenida en la planta baja desde la que se accede a una vinoteca en el sótano entre aljibes del siglo XIV. En la primera planta nos espera la zona de parrilla y fritura donde se puede escoger entre carnes y mariscos. Una cervecería-taberna con bancos y mesas nos invita a esperar bebiendo una "fresca" mientras preparan nuestra comanda.
Subiendo por la acristalada escalera llegamos a la segunda planta: hamburguesas gourmet y fusión japo-peruana. Desde aquí es donde mejor se aprecia un precioso jardín vertical que subiendo por una pared lateral llega hasta la última planta, donde se abre un gran salón y una coqueta terraza exterior para momentos de café y cóctel.
Comprobamos calidad y variedad de los productos .........
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Puntos a su favor: el buen género, la amplitud de los espacios, la luz natural y el adecuado trabajo de acústica que permite comer en un ambiente animado pero muy-muy relajado y acogedor que lo diferencia del de otras capitales en el que conseguir sitio donde apoyar una copa o escuchar al compañero se hace a veces tarea heroica.
Os animamos a conocerlo si vais a visitar la ciudad de las tres culturas. No os defraudará.
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